Es bello constatar que la producción e verdaderamente numerosa, variada y al mismo tiempo sorprendentemente siempre en crecimiento. ¿Cómo no pensar que esto puede ser una respuesta centuplicada a su sed de vida escondida y de humildad, hasta el punto de no permitir nunca ser fotografiado? Contemplando la amplia serie de imágenes que retratan al Padre Luis, su figura resulta bien representada en el doble aspecto de amor hacia Dios y hacia el prójimo.
Podemos encontrar las siguientes imágenes, en las que
- la profundidad contemplativa de su alma se confirma con estas sencillas expresiones extraídas de los testimonios:
Dios fue siempre lo máximo de sus pensamientos.
Aparecía con el pensamiento y con el corazón siempre dirigidos hacia Dios.
Su corazón ardía de amor por el Señor.
- El Heroísmo de su caridad fecunda y laboriosa que colmó su vida de infatigable apóstol.
Todos los que se acercaban a él recibían consuelo y valor.
El Padre jamás rechazaba a nadie.
Del Corazón de Jesús había aprendido a tener una generosa apertura del corazón, sobre todo para con los que tenían
el corazón afligido, a los que solía inspirar una plena confianza.
Una tierna madre no habría podido hacer más por una hija.
Ahora en el Reino de Dios, también el Padre Luis debe estar gozando al verse rodeado de niños, niñas, Hermanas de toda raza y lengua, que lo conocen, lo aman y lo invocan.
Para todos tiene también hoy una palabra, una mirada, una caricia…
Para todos, seguramente, tiene una gran bendición.
GALLERY ICONOGRAFICA
Podemos encontrar las siguientes imágenes, en las que
- la profundidad contemplativa de su alma se confirma con estas sencillas expresiones extraídas de los testimonios:
Dios fue siempre lo máximo de sus pensamientos.
Aparecía con el pensamiento y con el corazón siempre dirigidos hacia Dios.
Su corazón ardía de amor por el Señor.
- El Heroísmo de su caridad fecunda y laboriosa que colmó su vida de infatigable apóstol.
Todos los que se acercaban a él recibían consuelo y valor.
El Padre jamás rechazaba a nadie.
Del Corazón de Jesús había aprendido a tener una generosa apertura del corazón, sobre todo para con los que tenían
el corazón afligido, a los que solía inspirar una plena confianza.
Una tierna madre no habría podido hacer más por una hija.
Ahora en el Reino de Dios, también el Padre Luis debe estar gozando al verse rodeado de niños, niñas, Hermanas de toda raza y lengua, que lo conocen, lo aman y lo invocan.
Para todos tiene también hoy una palabra, una mirada, una caricia…
Para todos, seguramente, tiene una gran bendición.
GALLERY ICONOGRAFICA
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